miércoles, agosto 30, 2006

Más sobre el cuerpo

Me gustaría tomar el comentario de la Lic. Mónica Burstein al post anterior y poder profundizar en el tema. Era este:

Cuando nada logra simbolizarse y el cuerpo enferma, puede pensarse en una cura emocional sólo a traves de la palabra? Si el cuerpo tiene un lenguaje diferente del lenguaje hablado, como llegar a una cura a través de la palabra en enfermedades de las llamadas psicosomáticas? La solución es dejar al médico el espacio del cuerpo y al psicólogo el espacio de lo psíquico? Volveríamos a caer en una dicotomía? O tal vez el trabajo del psicólogo sea preventivo pero no curativo en los casos de determinadas enfermedades? Pienso también, en enfermedades terminales, por ejemplo, cual es el punto de vista del psicólogo?

Algunos opinan que es incorrecto hablar de enfermedades "psicosomáticas" ya que de alguna manera todas lo son. Sin embargo, sabemos a qué nos estamos refiriendo y eso prueba que el término tiene un valor.
Parece que en estos casos algo se ha detenido, no hay una circulación adecuada de la energía psíquica. Esto es lo que permitiría la simbolización.
No creo que hayan dos lenguajes, uno físico, otro psíquico, hay uno solo, pero no estaría funcionando adecuadamente. Lo veo como un preparado donde la mezcla fracasa y quedan grumos. Esos grumos son montos de libido que están depositados en los órganos enfermos. Es lo que en otros artículos nombramos como goce.
Aquí el trabajo terapéutico es muy difícil, muy particular. Porque se trata de volver al campo de lo simbólico, reencauzar completamente al psiquismo. En ese sentido la dirección de la cura es muy diferente de la que hacemos con la neurosis, porque esta última ya se da mayormente en ese terreno. En las enfermedades llamadas psicosomáticas, en cambio, habría que reinstalar primero un registro ausente y es justamente lo simbólico. Creo que esto es posible, pero implica una trabajo terriblemente sutil, esforzado y, sobre todo, paciente de parte del analista.